Sunday, December 28, 2008

Las entrevistas con el gordo me interesaban cada vez más , eran increíbles , cada vez me absorbía el interés que despertaba la narración de sus aventuras, que me resultaban tan emocionantes y subyugantes o mucho más que alguna novela de las tantas que se escriben diariamente exprimiendose el cerebro, mientras el guille con su verdad me hacía subir el interés hasta lo más alto quedándome allí suspendido y en éxtasis..
Con su eterna carraspera se acomodó en su poltrona y una vez más siguió con su monólogo, arrastrando las palabras, remojando su lengua saburral con whiskey importado entrecerrando los ojos, como ayudando a la memoria, estrujando su cerebro para escurrirle hasta el último milimetro de sus recuerdos.
En esta oportunidad abrió el arcón de su pasado , y comenzó a relatar el famoso caso de Alberto Szorman que perdonando la redundancia lo hizo a Guille más famoso aún.
El tal Szorman era un exitoso industrial del acero, que alternaba su oficio activamente con una terrible adicción al juego, de manera que balanceaba ganancias y pérdidas con las encontradas y distintas fluctuaciones de la siderurgia y lo lúdico. De más está decir que las ganancias pertenećían a la industria y las pérdidas, bueno, las pérdidas eran atribuíbles a la ruleta, los naipes, los dados, los fulleros, etc.

Saturday, December 27, 2008

Yo estaba en presencia de una entrada a un mundo nuevo , alucinante,
el Guille era de esos tipos que , si bien causaba terror, hipnotizaba
con su relato, su imponencia, sus anécdotas vívidas, que él contaba ´,
su peculiar lenguaje, su gracejo, su insulto deleznable, retumbante ,
su humor ácido, insufrible, sus argumentos, errados , o no, desgranaba
sin importarle nada lo que el contrincante respondía , no le daba
ni siquiera la posibilidad de argumentar , de discutir, y avasallante
se arrojaba como una fiera sobre él , dispuesto a la lucha brava,
sin cuartel. sanguinaria , a muerte, a mansalva, como sea, alardeaba
de su impronta callejera , de su viveza, sus trampas de hábil maleante
y al mismo tiempo de su leguleya formación , sus leyes, estatutos, códigos
que manejaba con eficaz habilidad, como si fuera el creador de tanto papel,
artículos, incisos, apartados, que su mente feraz, pródiga, como un cincel
iba moldeando, trabajando, pacientemente, con lenguaje ampuloso o módico,
según necesidad, la importancia de su rival o la economía de su eventual cliente....