Saturday, May 03, 2008

El gordo paraba a la tarde, la mayoría de las veces, en una confitería coqueta y concurrida de la avenida del Libertador, en la que tomaba un café , un coñac o un whisky , mientras ojeaba alguna revista, y porque no, relojeaba a las señoritas paquetas que deambulaban dentro de la confitería o, en su defecto, las que circulaban por la vereda, avistadas a través de los amplios ventanales del salón.
Yo me había hecho crecer la barba, el bigote, me calé unas gafas oscuras sin aumento, y cubrí mi cabeza con una boina al estilo del "Ché", como glosa Sabina en su canción.
Pasé varios días deambulando por distintos barrios para adaptarme a esta nueva figura que lucía y por la que había optado para acercarme a Guille sin que me reconozca.
Al fin en una tarde neblinosa y melancólica decidí entrar a la confitería.
El gordo se encontraba saboreando un coñac mientras leía un folleto de turismo.
Me senté en una mesa adyacente y pedí un cortado.
Entretanto lo vigilaba amparado en mis lentes oscuros, hasta que, movido por un impulso inconsciente, me acerqué a él y lo interrogué= Perdón señor, buenas tardes, disculpe mi atrevimiento pero veo que Vd. está pensando en viajar y como yo estoy detrás de lo mismo, es que me animé a interrumpirlo-
El gordo levantó su mirada del folleto, sorprendido, y escudriñó mi rostro sin tapujos.
Mi corazón latía desaforadamente ante el temor de que me reconociera, pero afortunadamente debo haber aprobado su examen ya que, esbozando una sonrisa me contestó= Sí, efectivamente, estoy pensando en viajar a Europa para descansar un poco y recuperar mi salud un tanto averiada-
- Ah! Muy bien! , le molestaría si comparto con Vd. mi cortado y de paso charlamos e intercambiamos ideas si , Vd, por supuesto no lo toma a mal..verdad?
Guillermo dudó un instante , pero luego como si se hubiera disipado una nube de duda en su frente, aceptó mi idea y me invitó a sentarme en su mesa.
Me dije para mis adentros- ¡Misión Cumplida!- La primera parte de mi plan se había logrado de maravillas hombre!
Ya no me preocupo por las fallas,
ya ni siquiera pienso en ellas,
sólo quiero el lacre que lo sella
con el éxito final, que pronto acalla
los sinsabores que en un momento hicieron mella
en mi ánimo, para después volver
con otra fuerza, otra energía,
para buscar casi con porfía
un plan, una idea, que logre resolver
el problema que me aqueja noche y día...
En este momento, sin embargo,
no tengo nada definido
igual, por eso, me hago cargo
del asunto y, a Dios le pido
que ilumine mi mente en este caso,
y aunque sea malo el medio,
es muy bueno el fin que yo persigo
pues justifica los métodos que abrazo
sin que me abrume para nada el tedio..
Ya voy a concebir no cabe duda,
un plan para acallar al gordo artero
esperando que esta vez sea certero,
y los dioses del Olimpo sean fecundos en mi ayuda...