Saturday, June 09, 2007

Una de esas tardes perdidas en la nada,
mientras jugaba al pool en la PC,
distraía mi mirada en la ventana ,
cuando lo ví al gordo, yo no sé,
si fué casualidad o Dios
que lo enviaba, pero opté
por salir a la calle sin pensarlo
atropellando a unas y a otros,
tragué mi medialuna y emboqué
la puerta de salida y sin dudarlo
doblé a la izquierda y a lo lejos
observé al gordo "guille"caminando
con un andar gatuno de pendejo....
Me empezó a sudar la ingle y una mano,
la que apretaba el fierro adivinando
que se acercaba la acción y como humano
la rechazaba mi espíritu , y temblando
mi cuerpo comprendía que era en vano,
la suerte estaba echada y no podía ya
retroceder en el impulso desatado,
para acabar de una vez y para siempre,
con el gordo, sus desplantes y gozar
de esa rubia divina que en setiembre,
llevaría conmigo hasta el altar.

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