La oficina parecía un horno a pleno, el calor se hacía insoportable, y el ventilador de techo con su monótono y lento girar no alcanzaba a movilizar el aire húmedo y caliente que como una prensa se hacía sentir sobre nosotros que tratábamos de cumplir con la tarea pese a lo hostil del clima, las puteadas al dueño de la Empresa por no poner un minimo acondicionador, un split se escuchaban cada tanto pero cansinamente y sin voluntad, tal era el agobio reinante.
Me puse a escribir una nota dirigida a los clientes en las que ponderaba los nuevos productos puestos en venta: un plumero con movimiento giratorio mediante un pequeño motor a pila que además podía ser graduado en su longitud para alcanzar lugares recónditos e insospechados , un nuevo preservativo con punta reforzada , reversible para usar en distintas oportunidades, y una lapicera a bolilla con una alarma incorporada, que avisa cuando se cometen errores ortográficos.
Luego me puse a navegar por Internet distraídamente, observé que en una de las paginas web se ofrecía sexo con chicas jóvenes, hermosas, sanas y serias a precios razonables, inclusive a abonar con tarjeta, y.......ahí fué donde empecé a pergeñar mi nueva estrategia asesina contra el "gordo" Guille...
Me contacté rápidamente con la que más me había impresionado por su aspecto y cara de "terraja" irrecuperable y de mercantilista al máximo. Me ofreció sus servicios, variedad de los mismos, costos, descuentos por servicio completo, etc. La escuché con tranquilidad y concerté una cita.