EL TELÉFONO SONÓ REPETIDAS VECES. Tardé en atenderlo porque me encontraba en el baño esforzándome para expulsar de mis entrañas las toxinas y deshechos indeseables que moraban en mi intestino.
Atendí como con bronca , enjabonado en partes y mojado en otras, y mi sorpresa fué mayúscula cuando oí la voz inconfundible del gordo Guille que penetró en mi cerebro como una ululante sirena de patrullero, reverberando, rebotando en el cráneo , hasta que desapareció en la tronera del cerebro, donde la decodifiqué y comprendí lo que me esperaba ...Hola chongo!! cómo andás?. Te llamo para invitarte este martes a que vengas a mi casa, para charlar un rato y aclarar por las buenas....o las malas...algunas cositas nuestras que no alcanzo a entender plenamente...
Me estremecí como una hoja agitada por el viento porque las misterosas palabras emitidas por el "gordo" lejos de ser amigables, transmitían un presagio de malas noticias y consecuencias funestas para mí...
Sólo atiné a decirle que aceptaba, que allí estaría sin dudar, el martes en su domicilio...
Corté , me serví un tremebundo vaso de whisky con hielo, en mi afán de detener el temblor que me recorría de la cabeza a los pies, e invocando a Dios y todos los Santos, para que se apiaden de mí y me ayuden a salir triunfante del encuentro o por lo menos vivo y sano.....