El gordo Guille resopló dos veces, pestañeó con sus ojos maliciosos, pasó la lengua por sus labios, carraspeó un par de veces y comenzó su exposición , digo así porque fué un monólogo ininterrumpido que yo escuché atentamente, tratando de no distraerlo, yo necesitaba saber un montón de cosas que , seguramente, habían ocurrido y que podrían aclararme el panorama confuso y oscuro de la relación de mi interlocutor con mi rubia adorada y porque no misteriosa..
Cada tanto hacía un silencio significativo, volvía a carraspear, sorbía un trago de whisky, miraba los dados de hielo consumiéndose, encendía un cigarrillo, y así lentamente, parsimoniosamente fué desgranando sus sentimientos, sus viscisitudes, sus fracasos y las más variadas formas de hacer frente a su destino, a sus falencias, con su "chapa" de huraño, de malviviente, de feroz, que ahora que lo tengo frente a frente , en un acto de contrición , o por lo menos de apertura amplia, sin tapujos, lo veo indefenso, como si hubiese descascarado su escudo protector y, sin resistencia ,

desgarra sus vestiduras, su misma piel, para dejar escapar años de triunfos, dolores , sufrimientos y puntualmente las gotas incesantes, persistentes , de su arrepentimiento ...

Así fué como oí todo su discurso, que a veces me sorprendió , otras me estremeció, pero que me sirvió, especialmente, para conocerlo, comprenderlo, y por que no, sentir compasión....